recuerdos

Un encuentro fortuito con el pasado hizo que ayer abriera mi caja de pandora de los recuerdos. Llevaba años olvidada y perdida en un baúl color púrpura que desterré al trastero. Fue genial, porque al abrir el baúl se desplegaron miles de buenos y maravillosos recuerdos; centenares de cartas y postales, fotos viejas (¿por qué nos sienta tan mal la adolescencia?), entradas de cine, de espectáculos, pulseras de festivales, felicitaciones manuales, la camiseta de la peña (peña busca el nombre...que grandes éramos), joder...pero si hasta coleccionaba pedazos de papel de regalo, un brazalete de mi abuela e incluso objetos que ya no recuerdas por qué los guardaste. Sí, todo lleno de buenos recuerdos. Nadie quiere conservar los malos momentos.
Y sin más, empiezas a pensar en lo que fueron, en lo que son y en lo que podrían haber sido.
Y sin más, un nombre, un teléfono y un café.

"la foto no es mia, pero mi prima causó un gran revuelo en el pueblo con su nueva polaroid"

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