Por un momento la había olvidado, intentó tararear y nada, fue incapaz de recordar una sola nota. Se sintió como si hubiese olvidado su propio nombre. Como esas veces que tienes la seguridad de saber algo y tu cerebro ha decido olvidarlo momentáneamente, en la punta de la lengua!
Entonces, recordó algo que guardaba desde hacía muchísimo tiempo. Abrió una caja y descubrió un pequeño artefacto. Lo observó. Le dio la vuelta y giró repetidas veces una pequeña manivela que invitaba a ser manipulada. El mecanismo no tardó en rodar. Sonrió, allí estaba.
¿Podéis oírla?
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